La mirra proviene de algunas regiones de África y Oriente Medio. Ya en la Antigüedad, era muy valorada y apreciada. A lo largo de la historia, la mirra se ha usado en la elaboración de perfumes, incienso y medicinas.

El aceite esencial de Mirra se obtiene de la destilación por vapor de la resina del arbusto de la mirra. Este pequeño árbol tiene ramas irregulares y retorcidas con espinas y algunas hojas. La resina se extrae de la savia del arbusto, una sustancia que se seca y endurece hasta adquirir un color ámbar brillante que se va oscureciendo con el tiempo. Los cosechadores hacen una incisión en la madera para obtener la savia cerosa o goma del árbol. Estas incisiones se controlan para garantizar que los árboles siguen estando sanos y creciendo durante muchos años.